EL FILOSOFO QUE INSPIRO A TOMPKINS



"Fui un buen amigo de Arne Naess y lo conocí por muchos años. Fue, quizás, una gran influencia en la ética medioambiental en los últimos cincuenta o más años, aunque mucha gente no lo sabe. El podría ser descrito como un pensador muy relevante para el movimiento medioambiental moderno". Así describió Douglas Tompkins, presidente de la Fundación para la Ecología Profunda, a quien fuera su principal inspiración en su causa medioambiental. Naess, creador del concepto de la ecología profunda, montañista eximio e incansable activista por la defensa del medioambiente, y que murió el martes pasado a los 96 años en Noruega.

Naess nació en Slemdal, cerca de Oslo, el 27 de enero de 1912. Era hijo del banquero Ragnar Naess y de una dueña de casa, Christine Dekke. Se hizo filósofo a raíz de la tristeza que significó para él que su madre despidiera a su niñera, en quien veía en realidad una figura materna. En una entrevista a un medio chileno, contó lo que fue ese episodio: "No reconocía a mi madre como tal, sino a mi niñera. No pude manejar esa situación hasta que tuve 14 años. ( ) Mi madre me decía: ‘Ve a jugar afuera’, y yo me quedaba donde estaba, sentado, pensando. Primero filosofaba acerca de la vida; luego sobre el conocimiento, el escepticismo por eso creo que quien entra a la filosofía, es porque algo ha pasado en su vida".

Esa melancolía lo hizo graduarse de Filosofía en Universidad de Oslo en 1933. Obtuvo el doctorado a los 27 años y se convirtió en el profesor más joven en conseguir un puesto permanente en esa institución. Durante treinta años Naess trabajó la filosofía desde los ámbitos del lenguaje, el significado y la comunicación, que plasmó en sus obras "Interpretación y precisión" (1953) y "Comunicación y argumento" (1966). En esa misma línea también escribió un libro sobre Mahatma Gandhi, de quien era su principal admirador desde que tenía 18 años: "Llámenme un gandhista, de todas maneras. ¿Qué podemos aprender de él? Que debemos esforzarnos más por entender a otras personas. Si nos podemos comunicar bien, es más difícil rechazar la forma de vida de los otros como si fuera incomprensible o inferior. Si vemos a los demás como una vida abierta y generosa, siempre habrá algo que aprender de ellos", dijo al lanzar el libro que tituló como Gandhi.


Montañista y activista ecológico

Naess no sólo se dedicó a la academia, sino que fue también un montañista y en 1950 lideró la primera expedición a la montaña Tirich Mir, uno de los macizos pertenecientes a la cordillera de Hindu Kush en Pakistán. También escaló el Everest, pero no le gustó, como relató en una entrevista: "Lamentablemente no me gustó el Everest. Yo estuve a siete mil metros de altura y no disfruté de ello. Tenía problemas para respirar, debía sentarme y me dije a mí mismo que no subiría a montañas tan altas, porque para mí son seres maravillosos y deseaba tener buenos momentos".

De hecho, en 1937 su amor por las montañas lo hizo construir una cabaña en Hallingskarvet, al sur de Noruega. Para llegar hasta allá, había que caminar dos horas y no tenía electricidad. Para la calefacción iba al bosque a buscar leña entre los árboles muertos. La cabaña fue inspiración de lo que él llamó la "escosofía T", que él definió como una filosofía de armonía ecológica, de modo que la humanidad deje de mirarse sólo a sí misma y adhiera al ecosistema planetario. Lo de la T viene de Tvergastein, que es el nombre de su casa. Allí vivió con su familia: al principio con su primera esposa, Else, con la cual tuvo dos hijos. Al enviudar, se casó con Kit Fai, una estudiante china 40 años más joven y a la que conoció cuando tenía 61 años.

La vida en la montaña fue moldeando su pensamiento filosófico, unido a los escritos de la bióloga norteamericana Rachel Carson. Así lo contó a LND uno de los amigos personales de Naess, Bill Devall: "Él se inspiró en la obra de ella y durante la década de los sesenta leyó sus libros ‘La primavera silenciosa’ y ‘El sentido de la maravilla’". El primer libro fue todo un hito, ya que Carson expuso los peligros medioambientales que significaba el uso de insecticidas con DDT, compuesto que hoy está prohibido en el mundo.

En 1969 Naess decidió dejar la vida de la academia y tomó las riendas del activismo ecológico. Preocupado por los planes del gobierno noruego de construir una represa en la cascada de Mardalsfossen, se encadenó a una roca y se rehusó a bajar hasta que el gobierno abandonara dicho proyecto. Fue acompañado por otros manifestantes que fueron repelidos por la policía, pero la acción tuvo éxito. Tanto que en 1971se unió al Partido Verde y logró los votos suficientes para ser concejal en Oslo. Pese a la victoria, Naess rehusó ocupar el cargo.
En 1973 acuña el concepto que lo haría trascender en la filosofía: la ecología profunda. En sus palabras, "desde la ecología profunda, usted no sólo reflexiona y actúa acerca de lo que está bien en beneficio del hombre, sino por el del planeta en sí mismo. Es una visión general del lugar donde vivimos, en que cada ser tiene valor en sí mismo y es por ello que necesitan la protección contra la destrucción de que son objeto por parte del hombre. El respeto por cada especie es fundamental en nuestra visión".

Dicho concepto iba acompañado de una plataforma de siete principios, a la que llamó "Lo superficial y lo profundo, el largo alcance de los movimientos ecologistas", en la que se plantean el rechazo al concepto del hombre por sobre la naturaleza; igualdad biocéntrica (todos los organismos se interrelacionan entre sí); el respeto por la diversidad; el rechazo a la división de las clases sociales; la lucha contra la polución y la explotación del medio ambiente; la introducción de la teoría de ecosistemas; y la autonomía y descentralización de las comunidades.
Hacia fines de la década de los ochenta, su acción más relevante fue fundar la rama de Greenpeace en Noruega, de la cual fue su primer presidente. Al comentar su deceso, el actual líder de la organización en ese país, Truls Gulowsen, afirmó que "la filosofía ecológica de Naess todavía es importante en Greenpeace".


Visitas a Chile

Nuestro país no fue territorio desconocido para Naess. El mismo contó que en los setenta intentó, sin éxito, ir a la Antártica. Pero un buen amigo suyo lo invitó nuevamente a nuestro país: Douglas Tompkins, quien lo llevó a conocer el parque Pumalín. Tompkins no comentó sobre este tema, pero sí Bill Devall: "Naess estuvo en Chile gracias a una invitación de Tompkins, el creador de los parques nacionales en Chile y Argentina. De hecho, Naess se quedó en la casa de Doug y su esposa, Kris".

Pero también estuvo en Santiago dando una charla, como comentó uno de los asistentes al evento, el Premio Nacional de Medio Ambiente 2001, Nicolo Giglo: "Recuerdo que él tenía ya unos 80 años y tenía algunos problemas en sus piernas, pero era muy vital. Habló unos 45 minutos sobre planteamientos generales de la ecología profunda. Se adelantó mucho en reconocer lo que hoy son los problemas ambientales".

Tompkins ha dicho también que colaboró en la publicación en el volumen 11 de la obra del filósofo, titulado "Las obras selectas de Arne Naess", "que es el trabajo definido y más importante en los últimos sesenta años". A juicio del creador de Pumalín, "la influencia de Naess y su estatura como filósofo sólo crecerá en el tiempo, especialmente con la crisis ambiental que empeora cada vez más y no he oído a nadie que pueda negarlo". //lnd




Domingo 22 de febrero de 2009
Por Pamela Gutiérrez / La Nación Domingo