MOCHILEROS ISRAELIES:

La incursión de Ex miembros del ejército israelí en la Patagonia Chilena , tambien ocurrió en argentina y los testimonios abundan , pero alli no esta el peligro, sino sobre el control de las tierras y la compras masivas por las ONG, empresas y particulares .

Publicado por el Diario la Tercera de Chile

Mochileros israelíes en Chile

POR : María Paz Mateluna

Como estar en casa, al otro lado del mundo


Fecha edición: 16-02-1998
El Hotel Indiana es uno de los pocos lugares que se dedica a alojar sólo a jóvenes judíos. La Tercera compartió una tarde con ellos y supo de los motivos que los traen hasta acá.
Entre la avalancha de jóvenes mochileros que recibe nuestro país en época de verano, hay un grupo con características bien definidas.
Primero, porque llegan en diciembre e incluso pasan las festividades de fin de año aquí, recreando costumbres y tradiciones propias de su cultura. Y se van cuando llega marzo y empiezan los primeros fríos.
Segundo, porque tienen bastante definido su itinerario de viaje, cuyo destino final siempre tiene que ver con el sur de Chile. Mientras más austral, mejor.
Tercero, porque alojan en hoteles especiales para ellos, compartiendo con chicos de sus mismos lares, sintiéndose en familia.
Son los jóvenes israelíes y su particular forma de disfrutar un viaje que, para muchos, es la culminación de tres años de servicio militar obligatorio. La Tercera compartió con ellos en el Hotel Indiana, uno de sus centros de operaciones santiaguinos. Así supimos qué es lo que más les gusta de Chile y de paso, experimentamos qué se siente estar -y tratar de conversar- con una veintena de israelíes y no entender nada.
¿POR QUE CHILE?
El patio del Hotel Indiana está lleno de bulla. Las voces de los jóvenes se alzan, transmitiendo sonidos extraños para el común de los mortales.
Algunos juegan ping pong, otros conversan en las mesas dispuestas bajo el agradable parrón. Chicos entran y salen de las piezas -que en total suman 50- a pies descalzos, sonrientes, de vacaciones a miles de kilómetros de distancia de sus hogares.
Tal Kuperman, de 23 años, es un joven moreno y de gestos espontáneos. Como su madre es ecuatoriana, sabe hablar castellano. Cuenta que desde diciembre se encuentra en Chile y se vino luego de haber terminado su servicio militar. "Es difícil, es mucho tiempo y al terminar quieres estar tranquilo, recorrer el mundo, antes de comenzar a estudiar, casarte y trabajar", dijo.
Los demás chicos que presencian la improvisada, lenta y a ratos dificultosa conversación están de acuerdo con Tal. Luego de tres esforzados años, nada mejor que viajar y pasarlo bien, aunque a veces exageren en su afán de economizar y aprovechar al máximo el tiempo.
Pero, ¿por qué escogen Chile para disfrutar su merecido descanso, si hay otros lugares más cerca? Tal despeja interrogantes, diciendo que los chicos tienen la posibilidad de elegir entre Sudamérica o Asia. Aquellos que escogen el cono sur lo hacen motivados por conocer el "otro mundo".
"Hay muchas cosas para mirar y disfrutar", aseguró Tal.
En marzo vuelven a sus tierras y cuentan su experiencia a otros jóvenes israelíes quienes probablemente viajarán para comprobar con sus propios ojos lo que se dice.
INDIANA
Por sólo dos mil 500 pesos diarios, que se cobra por cama, no por pieza, el Hotel Indiana ofrece lo justo y necesario para que los chicos hagan durar su estada en Santiago. Ese precio sólo rige para quienes son israelíes.
Con derecho a cocinar y sin más restricciones que avisar cuando traen a alguien de visita y que no está hospedado, los mochileros hacen y deshacen en la antigua casona ubicada en Rosas.
La señora Juanita es la encargada de recibirlos, y mantener el orden. Es una amiga más y está orgullosa de serlo.
También está Gal, joven chileno-israelí de 27 años, que hace las veces de relacionador público, guía turístico y acompañante oficial en viajes y también carretes.
"Yo les consigo autos, tours, alojamiento y les recomiendo lugares", aseguró. Y continúa relatando los pormenores de la salida nocturna de ayer. "Fuimos a Suecia, al Entre Negros, lo pasamos boombastick (¿?), lejos la mejor noche de febrero".
Al escuchar comentarios del carrete, algunos chicos se acercan para opinar. "Después vimos al de barba en la tele (Miguel Piñera) y lo reconocimos", dijo un joven alto, a lo que todos asienten espontáneamente.
Otros sitios preferidos por los chicos israelíes son Bellavista y Fantasilandia. "Les gustan muchos los juegos, todo lo que tenga relación con pasarlo bien y divertirse", dijo Gal.
ITINERARIO
En general, los mochileros israelíes llegan a sus destinos a través de guías turísticas internacionales. Por ejemplo, el Hotel Indiana se menciona en el "handbook" -usado exclusivamente por ellos- especie de biblia del turista. Ahí encuentran todas las "picadas" del mundo. Dónde comer, dónde dormir, dónde comprar... bueno y barato, como a ellos les gusta.
Naama Kissos, 22 años, es la acompañante de Tal. Como también hizo el servicio militar -aunque sólo por dos años- viaja acumulando experiencias y conociendo parajes exóticos.


La mayoría de los jóvenes israelíes está en varios lugares durante un mismo viaje. Si vienen a Sudamérica, aprovechan de conocer Brasil, Bolivia, Perú, Argentina y Chile. De nuestro país les interesa el sur, desde Pucón a Punta Arenas.
En febrero, y para no romper el itinerario, los jóvenes se trasladan a Brasil, para presenciar el carnaval de Bahía que, por estas fechas, tiene a muchos israelíes dando vueltas por allá.
Ideal para quienes les gusta la locura, el alboroto, el baile.
LO MAS AUSTRAL


"Cuando llegamos a Chile, nosotros compramos un auto en Santiago y recorrimos todo el sur. Cuando llegamos a Punta Arenas, vendimos el auto y nos devolvimos en avión", contó Tal, haciendo gala de su facilidad para los negocios. Naama se ríe a su lado.
¿Y cómo estuvo el viaje? Entre glaciares, torres milenarias y hielos eternos pasaron la mayor parte de enero. "Visitamos los Siete Lagos y Bariloche, en Argentina, también el glaciar Perito Moreno, en el Lago Calafate, las Torres del Paine y Punta Arenas", dijo Naama.
Gal aseguró que "la Península de Valdés es un sitio que gusta mucho, porque pueden ver las ballenas".
En general, todo lo que tenga hielo les gusta a los jóvenes israelíes. También los caminos agrestes, donde puedan ocupar camionetas todo terreno y aventurarse en senderos desconocidos. Este tipo de excursiones se contrapone a su naturaleza alegre y bulliciosa. La soledad de los parajes australes canaliza sus energías, los desconecta un rato.
Pero un rato no más, después de todo, son mochileros y andan de viaje por el mundo. En cierto modo, tienen "chipe libre" para desordenar el entorno, guardando por supuesto las proporciones.
Del norte, Iquique como primera y casi única preferencia. Y de esa ciudad, obviamente la Sofri.
CONFLICTO
Es un hecho reconocido que los israelíes se hacen notar en cualquier parte. Como casi siempre viajan en grupo y andan buscando las gangas en todo orden de cosas, a veces el trato se vuelve un tanto complicado con los dueños de hoteles y restaurantes.
Consultado acerca de lo anterior, Gal responde tranquilo que "los israelíes somos así, siempre regateamos para conseguir el mejor precio". Quizás en Chile se note más este afán por buscar lo barato, porque comparando nuestro país con Bolivia oPerú, sí hay diferencia de precios.
"En todo caso, Chile es más barato que Argentina", aseguró el joven.
Sin embargo, a la hora de comprar, son como cualquier otro turista del mundo. "Miramos todo, nos gusta mirar antes de adquirir", dijo Naama. A Tal le gustan los chocolates de Bariloche, especialmente "después de caminar mucho en una excursión a las Torres del Paine".
La tarde va pasando y Gal muestra fotos de los viajes anteriores. Hace años que trabaja en esto y se ve que está orgulloso.
LEJOS DE CASA
Pasar cuatro meses sin ver a la familia es difícil para cualquier joven. Los israelíes no son la excepción.
En el hotel tienen teléfono y fax, desde donde se comunican o, en algunos casos, piden ser comunicados. "Cuando hay alguien que está hablando, yo le pido que llame a mi familia y les den el teléfono de acá, para que ellos me llamen a mí, porque sale muy caro pagar, como un dólar por un minuto", explicó Tal.
Como pueden cocinar en el hotel, nace la curiosidad por saber qué comen. ¿Lo típico, como si nosotros cocináramos empanadas en Israel? Naama explica que cuatro meses es mucho tiempo para estar comiendo lo mismo. Además, "pertenecemos a una comunidad cosmopolita. En Israel hay gente de todas partes y uno está conectado con muchas culturas a la vez. Mi papá es francés y mi mamá de Turquía, entonces la comida es también en cierto modo cosmopolita".
Ella explica que, cuando estamos en el hotel, hacen de todo: spaguetti o arroz con diferentes aliños. Cuando viajan, aprovechan de comer lo típico de cada lugar.
Conversando con ellos se concluye que no son tan diferentes del común de los chicos. Les gusta pasarlo bien, hacerse notar, conocer nuevos lugares, hacer nuevas amistades.
Si vienen de tan lejos para recorrer nuestro país, considérese un halago. De hecho, son más afortunados que muchos jóvenes chilenos, quienes no conocen de Chile lo que ellos recorren en unos meses.
Shalom dicen ellos para saludar, despedir y desear paz. Algo que se debería hacer más a menudo. Shalom.
María Paz Mateluna V.